"I" DE INFIERNO
Se levantó temprano, como era habitual en su vida durante los últimos años.
Cada mañana tenía que apartarse bruscamente del lugar más confortable que existía y poner los piés en el frío mundo que era su vida cotidiana, aburrida e inalterable. Era la mayor crueldad que conocía.
Después de incorporarse de la cama y observar detenidamente la habitación durante unos minutos, se encaminó al cuarto de baño, se lavó la cara para despejarse y desayunó café, que le daba mal aliento y le sentaba mal al estómago, pero era lo que se suponía se desayunaba y nunca le había dado por rebelarse contra el mundo tomando un batido de helado de caramelo hecho en la cafetería esa del centro que tanto le gustaba. Se vistió y salió de casa.
Tomó el ascensor para descender. Al pulsar la tecla correspondiente al sótano-garaje vió que había una tecla adicional debajo con una I, de infierno. Nunca la había visto. Eso le perturbó. ¿Debería pulsarla?- pensó; pero decidió no hacerlo y seguir en el jodido mundo en el que estaba, pues S tanto podía significar “sótano” como “Satán”, o, incluso “so mierda”.
Una canción