"Tu voz, tus ojos, tus manos, tus labios.
Nuestros silencios, nuestras palabras.
La luz que se va, la luz que vuelve.
Una única sonrisa
para los dos.
No hay necesidad de saber,
he visto a la noche crear el día
sin que cambiemos de apariencia.
Oh, amada de todos y amada de uno solo.
Tu boca ha prometido, en silencio, ser feliz.
De lejano a lejano, el odio.
De cercano a cercano, el amor.
Por medio de la caricia abandonamos nuestra infancia.
Cada vez veo mejor la forma humana.
Como un diálogo de enamorados.
El corazón sólo tiene una boca.
Todas las cosas al azar.
Todas las palabras dichas sin pensar.
Los sentimientos a la deriva
Los hombres giran en la ciudad.
La mirada, la palabra...
y el hecho de que te quiera...
todo está en movimiento.
Basta con avanzar para vivir.
Basta ir hacia adelante.
Hacia todo lo que amamos.
Caminaba hacia ti, caminaba sin fin hacia la luz.
Si tú sonríes es para invadirme mejor.
Los destellos de tus brazos abren paso entre la bruma."


De Capitale de la douleur, Paul Éluard.