El vivir crece alrededor nuestro
como una piel,
para dejar fuera
la desolación total.

Pues si marcamos claramente
lo más profundo
estaríamos muertos
mucho antes que la tumba.

Pero al dar la vuelta
dentro de nuestra cascara hogareña
de preocupaciones, descontentos
y alegrías tenues,
crecemos, prosperamos
y raramente vemos
la oscuridad exterior
que desconcertaría
a nuestros ojos.

Algunos rompen la cáscara.

Creo que hay de los que penetran
las paredes quebradizas con sus dedos
y hacen un agujero.

Y a través de esta rendija cruel
miran a través de las cenizas de este mundo
con ojos desnudos.

Miran hacia afuera y hacía adentro.
Se conocen a sí mismos
y conocen demasiadas otras cosas.



La cáscara, Molly Drake.