Brava Brittany.


 








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   Supongo que no soy la única que oyó buen jazz por vez primera en un burdel. Pero nunca intenté sacarle partido. Si hubiese oído a Louis y a Bessie en una reunión de niñas exploradoras, me habría gustado lo mismo. Pero muchos blancos oyeron por primera vez jazz en casas como la de Alice Dean y contribuyeron a etiquetarlo como "música de burdel".
   Olvidan cómo eran las cosas en esa época. Un burdel era casi el único lugar donde se encontraban blancos y negros de manera natural. No podían codearse en las iglesias. En Baltimore, casas como la de Alice Dean eran los únicos antros suficientemente extravagantes para tener una victrola y saber escoger los mejores discos.


  BILLIE HOLIDAY,
Lady sings the blues.
















 Arkady Bronnikov